LA ORACIÓN DESDE LA CONTEMPLACIÓN.
DIOS
AL LLAMARNOS A LA VIDA CONTEMPLATIVA NOS DIO EL PODER DE INTERCESIÓN. ESA ES NUESTRA MISIÓN.
NOS
PONEMOS DE RODILAS ANTE NUESTRO REY DEL CIELO PIDIENDO FAVORES EN BIEN DE TODOS
LOS HOMBRES.
SOMOS AUTENTICAS MISIONERAS SIN SALIR DEL
MONASTERIO.
Santa Teresita del Niño Jesús siendo una monja
de vida contemplativa, fue una incansable misionera desde su monasterio, convirtiéndose
en la Patrona de las Misiones.
QUIERO QUE SEPAIS QUE NO ESTAIS SOLOS
EN VUESTRAS DISTINTAS LUCHAS DE LA VIDA.
Cuando
sientan que no pueden más, quiero que tengáis
presente, que hay personas que misteriosamente están a vuestro lado
compartiendo vuestros sufrimientos y
alegrías y apoyándoles para salir de las distintas situaciones que les aquejan.
Lo hacemos desde el ofrecimiento de la
propia vida, que lleva consigo el consagrarle nuestra vida a Dios viviéndola en
el día a día desde la fe, la esperanza, la confianza y el amor a El manifestado
en los seres humanos.
La Iglesia por naturaleza es Misionera y
nosotras Monjas Contemplativas
pertenecemos a la Misión salvífica de la Iglesia.
Estamos inmersas en el mundo sin ser
del mundo, ya que desde una vocación
oculta tenemos presentes cada día a los hombres y mujeres de nuestro tiempo con
sus luchas, decepciones, enfermedades, sufrimientos, a los sin techo, a los
desamparados, los refugiados, los que no tienen sentido por la vida, los misioneros, a toda la
humanidad.
Tenemos ante nuestros ojos el celo
misionero del Seráfico Padre San Francisco, el cual recorría ciudades y
pueblos, surcaba los montes y arriesgaba la vida para anunciar el Evangelio,
para que todos los hombres fueran reunidos en Cristo Salvador.
Desde el vientre materno Dios nos llamó para llevar a término el plan
que él nos tenía reservado desde la eternidad ya que cada ser humano tenemos
una misión que realizar en este mundo.
No
dudéis en pedirnos que oremos por vuestras necesidades, problemas y distintos
sufrimientos por los que estéis pasando, porque nosotras las pondremos a los
pies del Señor, pidiendo que atienda vuestras peticiones.
Quiero deciros que la vida
contemplativa nunca faltará dentro de la Santa Iglesia, porque desde el
ocultamiento y el silencio, es una gracia
extraordinaria el servir a Nuestro Dios Vivo y Resucitado, que nunca nos deja
solos porque nos ama infinitamente.
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